Los accesorios para vinos son fundamentales para mejorar la experiencia durante la degustación. Si recién estás adentrándote en el maravilloso mundo del vino y sus varietales, probablemente no estés al tanto de todas las opciones que hay en accesorios para vinos.
Por lo general, los accesorios de vino pasan desapercibidos para la mayoría de los consumidores que se restringen a observar a los expertos manipulando estas herramientas a lo largo del servicio en restoranes, bares, catas y ferias. No obstante, los conocedores de vino aprecian contar con su propio set de accesorios para contestar el ritual del servicio del vino en su propia casa y vivir una experiencia afín a la profesional.
Los accesorios para vino más frecuentes son el sacacorchos, el corta gotas, el tapón vertedor o bien dosificador, la bomba de vacío, el termómetro para vinos, la frapera y el decantador.
Sacacorchos
El primer sacacorchos tenía forma de “T” y fue evolucionando hasta alcanzar el “sombrero” que actualmente envuelve la boca de la botella y una espiral para introducirla en el corcho. También está el sacacorchos de láminas, que se usapara vinos viejos formado por dos hojas metálicas que se introduce entre el corcho y el cuello de la botella. Sin dudas, el sacacarochos es uno de los accesorios para vinos infaltables a la hora del descorche.
Cortacápsulas
Aunque podemos hacerlo con el sacacorchos, este cortacápsulas desprende de forma rápida la cápsula de la botella para pasar a utilizar el sacacorchos adecuado.
Copas
Un factor fundamental a la hora de tomar un vino es el de contar con una buena copa. Para esto, debe cumplir unos requisitos: que posea un tallo largo y que sea abombada, transparente, plana y de cristal fino. Siempre se debe coger por el tallo para eludir calentar el vino.
Cubitera o bien Funda enfriadora
Indudablemente, son imprescindibles para vinos blancos, rosados, espumosos y de temtempié. La cubitera consiste en un cubo que rellenaremos de agua y también hielo para enfriar o eludir perder temperatura. Asimismo existen alternativas como las fundas enfriadoras de gel, similares a los bloques enfriadores de las neveras portátiles, que cubren toda la botella. Son algo menos efectivos que las cubiteras.
Láminas anti-goteo
Una opción alternativa al tradicional lito son estas láminas que se introducen en el cuello de la botella o los aros que rodean el cuello de la botella evitando que caiga la gota sobre el mantel y mancharlo.
Decantador
Si tenés pensado abrir un vino reserva o gran reserva, lo recomendable es decantarlo para que el vino se oxigene y desprenda sus aromas. También sirve para la técnica de decantación, consistente en separar el vino de cualquier sedimento generado en la botella. Esto se efectúa con una candela traspasando muy de forma lenta el vino de la botella a la decantadora o bien jarra de decantación.
Tapón para espumosos y vinos
Al abrir una botella de vino, lo mejor y más aconsejable es beberla toda para evitar la oxidación por medio del aire. Si no es de esta forma, estos tapones evitarán en gran medida ese contacto con el aire. Y si quiere guardar los vinos espumosos, hay tapones adecuados para ello.
Bomba de vacío
En el anterior punto remarcamos que hay que esquivar el contacto del aire con el vino. Si bien los tapones son efectivos, las bombas de vacío son incluso mejores por que extraen el aire del interior de la botella y así, sostiene por más tiempo sus cualidades organolépticas.
Termómetro
Si querés tomar el vino a su temperatura adecuada, puedes decantarse por un termómetro para medir sus grados. Recuerda, blancos y rosados deben estar en torno a los 7 grados mientras que los vinos tintos deben consumirse entre los 14-dieciocho grados dependiendo de su envejecimiento.
Decantador
Más allá de su forma particular, el decantador tiene 2 funciones fundamentales. La primera es oxigenar el vino y de esta manera despertar los aromas que a veces quedan “dormidos” por continuar encerrados en la botella.
Por otra parte, la segunda función del decantador es eludir que lleguen a la copa los sólidos que se forman en el fondo de exactamente la misma por el paso del tiempo. Esto último es lo que se denomina propiamente “decantar”, o sea, separar sólidos de líquidos.