Al igual que el asado, la chacarera y las empanadas, el vino patero es sinónimo de tradición en Argentina. Te contamos todo lo que necesitas saber sobre esta costumbre, origen del vino patero, como se hace el vino patero, y mucho más.
En Argentina, el vino patero es sinónimo de tradición. Su proceso de producción es el más natural que existe, ya que, en lugar de utilizar máquinas o herramientas tecnológicas para el fresado, se utilizan los pies.
Al obtener el máximo gracias a “los pies”, este vino se convierte en el varietal más artesanal del mercado. ¿Quieres saber cómo surgió y cuáles son sus características? Te lo contamos.
Origen y evolución del vino Patero
Característico del norte argentino, este varietal surgió en el siglo XVI, cuando los colonizadores europeos se asentaron en la región y cultivaron la vid en distintos puntos del territorio.
Debido a que en aquella época no se disponía de la tecnología necesaria para llevar a cabo la molturación y elaboración del vino, los habitantes crearon una tradición muy particular: pisar la uva sobre cueros de vaca para obtener el mosto. Una vez extraído, lo recogían y lo depositaban en vasijas de barro para comenzar el proceso de fermentación.
Gracias a este proceso, el mosto natural de la uva se transforma en vino por su propia decantación, sin necesidad de filtrados ni procedimientos adicionales. Esto lo convierte en un varietal 100% natural.
Años más tarde, las pieles de animales fueron reemplazadas por palanganas y los pies descalzos por botas de goma. Hoy en día, algunas bodegas utilizan prensas mecánicas para triturar la uva para mantener los parámetros de higiene.
Sin embargo, la elaboración de este varietal aún conserva una esencia rústica y artesanal.
Características del vino Patero
Es un vino joven caracterizado por su sabor dulce e intenso, así como por su alto grado alcohólico. Se elabora con vendimias tardías de uva madura y es un varietal joven que no suele pasar por barrica.
Siguiendo la tradición, este vino se elabora con mosto de uva entera, sin aditivos ni conservantes. Asimismo, su fermentación se realiza con sus hollejos, por lo que es necesario despalillar los racimos a mano. Esto lo convierte en un varietal artesanal.
En general, los vinos Pateros son rosados, elaborados a partir de la variedad de uva Criollo, pero en la actualidad también se comercializan en botellas blancas y tintas, que provienen de las viñas Torrontés y Malbec y Cabernet, respectivamente.
Al igual que otros vinos dulces, el patero es un excelente complemento de postres, preparaciones de frutas y quesos. En Argentina muchos habitantes tienen la tradición de beberlo al comer asados, empanadas o guisos.
En 2002, el Instituto Nacional de Vitivinicultura de Argentina clasificó al patero como un “vino casero”, categoría que incluye vinos cuyo volumen de producción no supere los 4.000 litros anuales.
Independientemente de su volumen de ventas o de la clasificación que se le atribuya, lo cierto es que el vino patero es un ejemplo que conquista paladares gracias a su particular elaboración y la intensidad de su sabor.
Como se hace el vino patero, paso a paso
- Elegir la uva, (se utilizan 100 kilos para hacer entre 50 y 60 litros) sin lavar exprimir con las manos un poco para poner en la probeta y medir el grado glucómetro de la variedad elegida.
- Exprimir las uvas en las cubas (con los pies) para conseguir el zumo. Se deja fermentar hasta que quede poca azúcar entre 6 y 0 (alrededor de una semana).
- Prensar los orujos (piel de la uva) se hace una segunda fermentación o maloláctica.
- Tener cuidado con la temperatura a la que se expone la uva en todo el proceso. Lo ideal es mantener la uva entre 23- 24 grados la primera prensada y en la fermentación no debe superar los 28 o 30 grados.
- Envasar en botellas con corcho de corteza de alcornoque.