La fermentación del vino es un proceso que produce alcohol y sabor en los varietales. Los principales componentes de un vino fermentado son levaduras y azúcares. Durante la etapa inicial de la fermentación, una enzima péctica rompe las moléculas de pectina en las pieles de uva, dejando atrás un producto brumoso. Esta enzima es esencial para el crecimiento de la levadura y la producción de alcohol.
En algunos casos, se recomienda una fermentación maloláctica para producir un vino afrutado y aromático.
Primera fermentación
La primera fermentación dura unos 10 a 15 días. La temperatura se monitorea continuamente durante este proceso para evitar que la levadura se muera. Las levaduras se matan cuando los niveles de alcohol van más al 10 por ciento. Los enólogos agregan levaduras adicionales al vino para mantenerlas vivas y activas. La levadura más común utilizada para este proceso es Saccharomyces cerevisiae, que es muy predecible. Este método también se puede utilizar para preparar vino espumante.
Segunda fermentación
La segunda fermentación ocurre después de que se haya completado la primera. El tiempo necesario para completar este proceso varía entre siete y diez días.
Hay dos fases de fermentación en un vino: la primero dura de 24 a 36 horas, la segunda dura siete días, y la tercera fase es más larga y continúa el proceso de fermentación. Esta última etapa transforma los residuos de azúcar en alcohol y etanol. El vino fermentado sufre una transformación final.
Es esencial que el proceso de fermentación se siga de acuerdo a la naturaleza. Puede ser demasiado rápido o demasiado lento. En caso de exceso, puede llevar a la oxidación o sustancias indeseables.
¿Cómo influye la temperatura en la fermentación?
En el pasado, los procesos de vinificación se han visto afectados por la alta temperatura del proceso de fermentación. Este proceso se ha asociado con muchos problemas. El proceso de vinificación es complicado y requiere un monitoreo constante. Hay varios factores involucrados, incluida la actividad de levadura y la temperatura.
En algunos casos, la temperatura más alta de lo normal genera vinos que no tienen sabor. En otros casos, una alta temperatura de fermentación hace que la levadura muera y haga que el vino fermentado se pegue.
La primera fermentación es el proceso más común. Tarda diez a quince días y debe ser controlado cuidadosamente. Las levaduras producen dióxido de carbono durante el proceso. El dióxido de carbono puede resultar en una variedad de aromas desagradables. La primera fermentación del vino es la más común y la que forma el vino que sale a la venta. Se producirá una segunda fermentación del vino cuando el contenido de alcohol alcanza el nivel apropiado.
Producción del vino embotellado
La primera fermentación, que generalmente dura aproximadamente 10 a 15 días, es necesaria para preparar el vino para embotellar. La debe agitarse con frecuencia y el nivel de alcohol debe ser monitoreado cuidadosamente. Si el contenido de azúcar es demasiado bajo, el vino se secará.
Sin embargo, si la primera fermentación se detiene, se producirá la segunda. También es importante tener en cuenta que la segunda fermentación será diferente de la primera. Si la primera fermentación no se completa, el vino carecerá del color requerido.
Otro paso en la fabricación de vino es la pasteurización. Durante este proceso, las células de levadura consumen la mayor parte del azúcar en las uvas y producen dióxido de carbono y alcohol. Durante este proceso, el pomacia flota en la superficie, lo que hace que el vino tenga un sabor amargo. Un color oscuro y terroso es el resultado de la respiración de las levaduras de las uvas. Una buena fermentación es esencial para producir el mejor vino.
La segunda etapa es el proceso de envejecimiento. El proceso de fermentación comienza permitiendo que la levadura consuma la mayor parte del azúcar en las uvas. Durante este período, la levadura producirá un aroma de dióxido de carbono y alcohol. Este proceso lleva aproximadamente una quincena. Una gran parte del proceso de fermentación implica una reacción exotérmica, por lo que el alcohol y el dióxido de carbono es el resultado de la presencia de oxígeno. Esta temperatura es crucial en la fabricación de vinos, ya que puede evaporar el sabor del vino.
El proceso de fermentación es un proceso intrincado. Depende de las especies de levadura y su rendimiento. La mejor levadura transformará los azúcares en fruta a alcohol y ésteres, que son los principales componentes del vino. Este proceso también determinará la acidez en el producto final. Después de las etapas iniciales de la vinificación, se requiere una fermentación secundaria para desarrollar los sabores y los taninos. La primera y las últimas etapas de la fermentación del vino son cruciales para mejorar la calidad general de la bebida.